Por fin los tres

Ya sabía yo que mi "pequeño vampiro" (pobrecito mío!) iba a terminar pasando por el aro... y es que el otro día se quedó con ganas de su propia sesión de fotos "con el gorro de Papá Noel, Mami!". Así que me ha solucionado el post de esta semana, porque los planes que teníamos para este fin de semana se fueron al garete por diversos motivos que no vienen al caso (Nürnberg, no te muevas!) y no hemos puesto un pie en la calle...

Así que la mañana del domingo fue una repetición de la del domingo pasado (fondos tremendos incluidos, que esa es la ventana por donde más luz entra y... no podíamos mover el sofá!), solo que con un participante más. Eso sí, le tuve que decir que cerrase la boca... ¿cuándo le saldrán los dientes de arriba?!?!!?!



Como era previsible, se nos terminó uniendo el tercero en discordia... (esto evidentemente implica que las posibilidades de que uno salga desenfocado, movido o con los ojos cerrados, se multiplican, son contadas las fotos que tengo de los tres juntos. De los cinco, ninguna!)




Y con esto y un bizcocho... os deseamos unas felices fiestas en compañía de los vuestros y que en 2012 se cumplan vuestros deseos!

Días de adviento (llegó el frío)

El invierno ya está llegando a Baviera. Después de semanas de "calor" (otoñal, pero calor según los autóctonos) han bajado las temperaturas y la nieve se ha dejado ver... Cada día anochece más temprano y el sol... bueno, digamos que el sol nos tiene un poco abandonados. Así que nosotros también nos hemos "recogido" un poco (solo un poco ehhh!) y estamos disfrutando de nuestra casita. Estos días nos hemos dedicado a cosas propias de esta época del año, (que para variar nos ha pillado a contrapie), a saber:

- Poner el árbol: este año hemos batido todos los records... el 25 de noviembre estaba instalado. Y es que Rodrigo revienta si no lo ponemos ese día! (Aquí en Alemania por lo visto se pone el mismo día 24).

Christmas tree

- Escribir la carta a los Reyes (por si acaso pasan por aquí, quien sabe!). Este año estamos en modo "Lego":


(unos escriben lo que quieren, y los que no lo tienen del todo dominado, lo dibujan)

- Abrir el calendario de adviento (y comernos el chocolate) (del calendario y del no calendario: tenemos la casa inundada de chocolate cortesía del señor St. Nikolaus, que pasa por las casas -y los coles- alemanas el 6 de diciembre y llena los zapatos de chocolate y frutos secos!)

- Pasearnos por los mercadillos de navidad...


...y el Glühwein (vino especiado calentito y delicioso) que no falte! (aunque sin nieve no es lo mismo...)

- Ir de compras (si es con amigas, mejor!):

- Y echarnos unas risas! (materialmente imposible pillarles a los dos enfocados y guapos a la vez. Casi tanto como encontrar un fondo neutro en nuestra casa.)


¿Que por qué no sale Gonzalo? Pues porque... pasa de fotos!

¡Feliz semana!



Landsberg am Lech (o la segunda parte de la segunda visita)

Como contaba en el post anterior, hace unas semanas tuvimos el honor de recibir una visita muy esperada y deseada. Los abuelos paternos nos visitaron y además de hacernos compañía nos llenaron la despensa, así que les correspondimos haciéndoles un pequeño tour por la zona (es decir, aprovechamos para seguir viendo sitios nuevos).

En nuestra biblia de Munich (es decir, "la guía") aparecía un tal "Landsberg am Lech", pueblo del que nunca habíamos oido hablar pero pintaba bien, con su propio río (el Lech), callejuelas pintorescas, casitas de colores, bretzels recién hechos (¡por fin!)... Y hacia allí nos dirigimos. Una excursión cómoda, a unos escasos 50 kms de casa; hacía niebla y frío pero eso hizo que disfrutáramos más de la comida -por lo menos yo-. Fue la ocasión perfecta  para que algun@s (ejemmmm) se metieran el primer codillo entre pecho y espalda (diosmioquépedazodeplato!), aunque yo opté por el goulash de ciervo... que empieza a ser uno de mis platos preferidos. Y es que os cuento esto, no porque haya fotos del momento (que no las hay), sino porque yo ya asociaré para siempre este pueblo pintoresco con el delicioso goulash que me tomé (BBB, bueno bonito y además, barato. Espero que Fernando se acuerde del nombre del restaurante!). Y claro, al subir las fotos me he acordado... Peeero públicamente lo digo, el top 1 en goulash de ciervo no lo hacen aquí precisamente...

Y llegados a este punto, os dejo con Landsberg!



Los patinetes... ¡que no falten!


(no está torcida, es que era una cuesta!)


Y la ansiada foto de familia... al editarla me di cuenta de que yo no era la única missing! Se nota el frío eh...! Quien lo diría ahora, llevamos varios días a 9º...


Y otra cosa que he confirmado es que, sí, soy rara, me gusta la niebla!

Feliz fin de semana!

Ratisbona (o la segunda visita)

Dice Fernando que al ritmo al que vamos, "la Baviera" se me va a acabar en breve. Pero yo digo que todavía hay muchas cosas que ver y también que hay que aprovechar estos días de sol tan estupendos que no deben ser tan habituales por estas fechas (cruzo los dedos... ¡ya podría estar nevando!). Más adelante, cuando hayamos terminado con Baviera (o ella con nosotros), repetiremos, pero en distinto orden.

El caso es que, hace un par de fines de semana, le tocó el turno a Regensburg (Ratisbona en español), donde llegamos muy bien acompañados... En nuestra línea, no preparamos el viaje, lo teníamos en la lista de "sitios que visitar" y poco más. Ni si quiera sabíamos que el Danubio pasa por allí!!! Ni que es Patrimonio de la Humanidad desde 2006. Ratisbona es una preciosa ciudad medieval con un casco antiguo delicioso, su propia catedral y lo mejor, unas vistas de morirse desde el Danubio.





En el puente intentamos foto de familia, pero entre que uno no se quería poner (manías que tienen, oye), que la otra salía con los ojos cerrados... fue imposible, un desastre, vaya.

Los niños por supuesto, con su patinete (insisto: ¡¡¡genial invento!!!) y aunque se quejaron repetidamente (ejem...) del suelo empedrado, tuvieron incluso tiempo de tomarse un heladito al volante:


Después de comer incluso nos dio tiempo a hacer un poco el ganso con las hojas:


Y hasta me dejaron bajar al río a hacer "la" foto sin protestar (¡menos mal que estaban los abuelos!):

Desde el otro lado del Danubio

En el puente

En el próximo post, la segunda parte de la segunda visita... con foto de familia incluida (alguien tenía que hacer la foto, así que, por las dudas, ya adelanto que YO no salgo!!)

En casa de Wickie el Vikingo

¿Sabíais que Wickie el Vikingo no era sueco, sino alemán? Es que pasamos por su pueblo, Wickiedorf, hace unos días. La serie de dibujos de los 70 era alemana, y la película se rodó muy cerca de aquí, en el Walchensee (¿el lago Walchen?). A tal efecto se construyó un minipoblado que se puede visitar. Así que nos sacamos una foto delante de la casa de Halvar (el padre de Wickie)


Y también en casa de un vecino:


Antes de eso paramos por el encantador Kochelsee (¿Lago Kochel?) La bruma estaba todavía sobre el lago y la vista era espectacular (aunque me quedo con "nuestro" lago... hasta ahora para mí es insuperable), así que aprovechamos para sacarnos unas fotos de familia:




(aviso que es la primera vez y probablemente la última, que me saco a mí misma!!)

No hacía tanto frío como parece... es que mis hijos son unos noveleros y tenían ganas de estrenar las "bragas" y orejeras del Aldi.

Y después cogimos un teleférico y subimos a ver las vistas desde arriba:


No hay fotos de las vistas porque, entre nosotros, no hacen honor a la realidad. Las vistas desde arriba eran, en dos palabras, im-prezionantes. Definitivamente voy a tener que hacer un curso de fotografía de paisajes!

Comimos en una cabaña en lo alto de la montaña, hacía un día precioso así que nos quedamos en la terraza. Por supuesto, hubo momento Bretzel, aunque Olivia ya comparte:


Y finalmente nos dimos un paseíto -con siesta en la hierba incluída- para bajar la comida. Por supuesto, la siesta no la documenté!!


Fue una excursión deliciosa, en todos los sentidos ;-)

Dos añitos

Pues sí, dos añitos cumplió Olivia la semana pasada. Es un tópico, pero hay que ver como pasa el tiempo! Quien nos iba a decir que lo íbamos a celebrar aquí. Como era el lunes después de nuestro fin de semana exprés en Madrid no tuve tiempo de preparar gran cosa y teniendo en cuenta que lo íbamos a celebrar los cinco solos y que la pobre todavía no se entera... opté por lo más fácil, una mini tarta-muffin con pepitas de chocolate y a correr!!

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Feliz Cumpleaños

Y viendo las fotos seguro que os preguntaréis, ¿dónde estaba Gonzalo? Pues si no recuerdo mal estaba hablando por teléfono. ¿Y dónde estaba Fernando? Pues estaba volviendo del trabajo. ¿Y por qué tanta prisa? Pues porque aquí se hace de noche enseguida y había que aprovechar los últimos rayos de sol!!! Es lo que tiene ser un poco friki de las fotos... Y eso que aún no habían cambiado la hora... ahora que sí la hemos cambiado amanece poco después de las 6 (¡¡¡y nosotros sin persianas!!!), y anochece pasadas las 17.30. Eso ahora, veremos qué tal en diciembre. No me extraña que los alemanes sean tan madrugadores.

El último en llegar

La decisión de ir a Madrid fue de última hora. Ellos me echaban de menos, yo les echaba de menos y, por encima de todo, el nacimiento de mi sobrino, ¿qué mejor ocasión para estar con la familia? Un pequeño empujoncito y ¡zas! el viernes a la 1 de la madrugada (retraso de Iberia incluido) llegaba a casa con Olivia dispuesta a disfrutar al máximo de la familia y sobre todo del recién nacido.


Y bueno, ¡¡¡qué voy a decir!!! ¡¡¡El pequeñín está para comérselo!!! Es rico, guapo, bueno... No se puede pedir más. Y no es pasión de tía, nooo, es que el niño es ideal. Como todos están locos con él ya aviso que en navidades llevaré baberos a repartir. Y haré más fotos, que esta vez estuve un poco distraída (y además hay momentos que son para disfrutarlos).

Os presento a Pelayo:


Por otra parte Olivia también disfrutó, no solo de los mimos de sus abuelos y abuelas, tíos y tías, sino de la compañía de su adorada prima. Si ya antes se querían, después de este fin de semana son íntimas. Y es que tengo que decir que Jimena además de guapísima, como podéis comprobar a continuación, está simpatiquísima (quien lo iba a decir, con lo seria que era antes!!) Y además muy solícita con su prima, todo el rato le daba sus juguetes, le daba la mano (o se la exigía, jajaja, ¡¡¡mano!!!)... dos cositas, ya estoy deseando verlas juntas otra vez.



Y como colofón al fin de semana, en el momento de irnos, en plena despedida, va mi hermana y me pregunta, (muy en su línea, como quien no quiere la cosa) que si quiero ser la madrina! Y claro, a mí que me faltaba poco para soltar la lagrimilla... pues se pueden ustedes imaginar! Así que soy la orgullosa (orgullosísima) madrina del pequeño Pelayo.

En fin. Supongo que todos entenderéis que no avisara de mi viaje! El domingo a las 19h estábamos de vuelta en Munich. Por cierto, Frau Bretzel se comió un idem en el aeropuerto a la ida (que no falte) y a la vuelta optó por utilizar sus encantos femeninos y comerse las Pringles de nuestro vecino de asiento. Pero no hay foto.

De excursión a Augsburgo

Una de las cosas que más me gustan de vivir donde vivo es lo cerca que está de tantos sitios interesantes. Creo que ya lo había dicho en algún otro post, pero este es sin duda uno de los muchos atractivos de Munich. Tenemos "a tiro de piedra" un montón de ciudades maravillosas a las que podemos ir y volver en el día, como Augsburgo, Nuremberg, Garmisch, Heidelberg, Salzburgo, Innsbruck, etc. Y para pasar el fin de semana también hay sitios para aburrir... (Praga, Venecia, Verona, Viena... todas a menos de 5 horas en coche), así que hay que aprovechar los días con sol para hacer excursiones, que cuando llegue el crudo invierno no nos quedará otra que asar castañas en la chimenea o aprender a esquiar (no, toadavía no sabemos esquiar, pero esperamos solucionarlo este invierno!)



Die Wiesn

La semana pasada volvimos al Oktoberfest, o mejor dicho, como dicen aquí, al Wiesn (la pradera. Nadie lo llama Oktoberfest). Fuimos el último día, lunes, fiesta en Alemania, por lo que en teoría no iba a haber turistas e íbamos a poder pasear tranquilamente. En teoría. En la práctica quizás no había turistas italianos, ni españoles, pero debía estar como mínimo media Alemania ahí metida, o todos los pringados que tuvieron la misma idea que nosotros (que fueron muchos).

La que estaba empeñada en volver era yo. Se me antojó hacer fotos de la noria y la primera vez que fuimos sólo conseguimos llegar al tiovivo. Así que era ahora o nunca. Los que conocéis a mi marido sabéis lo que le gustan las aglomeraciones... podéis imaginaros su cara de felicidad mientras avanzábamos entre la muchedumbre intentando no perder ningún niño y no atropellar a nadie con la sillita de Olivia. Y mientras yo con la cámara intentando sacar alguna foto del ambientillo (fue difícil, las que saqué, casi todas para tirarlas a la basura, aunque me atreví con algún robado y... ¡me pillaron!). Así que llegados a un punto digamos que los chicos estaban taaan en su salsa que prefirieron hacer una parada técnica en literalmente "cualquier sitio" con objeto de que yo pudiera atravesar tranquilamente las hordas de gente para llegar a la dichosa noria. Porque si no saco la foto, reviento. De ninguna manera podía esperar al año que viene!







Así que espero que el resultado haya merecido la pena. La jornada terminó, como no, con un homenaje por parte de Olivia (empieza a ser tradición en este blog terminar con Olivia comiendo), esta vez en forma de bretzel gigante... Y es que los cinco nos hemos hecho adictos a los bretzels y ya nos las damos de entendidos y todo. Éste en concreto dejaba bastante que desear, como era de esperar...)

(no me preguntéis por qué el cielo sale de distinto color, las dos fotos las saqué con un intervalo de ¿5 segundos? y el procesado es el mismo. ¿?)

Edito: para los que vieron ayer Madrileños por el Mundo, este post estaba preparado desde antes! Vamos, que los de Telemadrid y yo tuvimos telepatía!!