En Baviera el calendario escolar tiene tirando a nada que ver con el español (ni con el del resto de Alemania, aquí la cosa va por regiones). Salvo algunas fiestas concretas, tipo el día de Reyes o Todos los santos (son católicos, como nosotros), coincidimos poco. En general son más de distribuir las semanas de vacaciones a lo largo de todo el año, en lugar de acumular tres meses de golpe en verano. Por eso en junio los niños tuvieron dos semanas de vacaciones que nos pillaron con el pie cambiado (no nos las esperábamos, es más, yo diría que ni los de aquí se enteran!) pero a cambio el colegio no terminó hasta el 31 de julio. Y empezó de nuevo el 13 de septiembre (aunque esa es otra historia). El caso es que el mes de julio se nos hizo eterno y de ahí que esté ahora hablando de esto y no a finales de agosto...
Aquí la foto del antes (esas melenas fueron oportunamente cortadas al llegar a Madrid):
Y aquí las fotos del después, en lo que viene a ser un breve resumen -un poco deslabazado- de nuestro verano...
... En el que hubo muchos momentos de complicidad entre las primas...
... de amor Olivia entre y su papá...
... paseos
También hubo algún que otro susto con el pequeño de la casa...
(ese siete que tiene en la frente -que más bien parece un cuatro- es uno de tantos... las cicatrices empiezan a ser parte de su "yo" más auténtico y por eso no la he photoshopeado...)
Nacieron nuevas (e inesperadas) amistades...
Y poco más, porque en esas semanas de playa y relax (madre mía que lejos quedan ya!!!) los mayores (unos más que otros) nos dedicamos básicamente a dormir, comer y vuelta a dormir, todo ello intercalado con ocasionales bajadas a la playa o a la piscina...
Feliz fin de semana, que el viernes ya está aquí!!