Tengo que confesar que, complejos aparte (¡nunca me veo bien!), el gran reto es conseguir que haya colaboración masculina. A Olivia me la tengo ganada porque es sacar el disparador remoto y volverse loca (le gusta estar al mando, jeje), pero a los chicos, (padre incluido)... a los chicos es más difícil pillarles. Mi propósito (que quede entre nosotros) es conseguir alguna foto en la que estemos los cinco (y puestos a pedir, sin caras largas).
Peeeero para hoy tenía un arma secreta... ¡¡el bocadillo de Olivia!! ¿Alguien podría resistirse? Hay que ver lo que le gusta a esta niña besuquear y ser besuqueada (en eso no ha salido precisamente a mí...):
Pero como empezaba diciendo, estas tardes de invierno se llegan a hacer largas si estás todo el día en casa. Y al final es casi inevitable que los niños terminen aburridos (porque además, en el fondo, sí están cansados del esquí!) y que una abra un poco la mano con esas cosas que normalmente no les deja hacer tan alegremente... Así que a última hora se produjo un momento "52 momentos con Papá" alternativo que no puedo por menos que enseñar aquí. Porque aunque yo soy anti-maquinitas, me hizo mucha gracia ver a los tres compartiendo vicio... (la calidad de las fotos es pésima... era de noche y no usé flash... pero una vez más, lo que vale es el momento):
(lo que no se ve -ni se oye- es a Olivia al lado diciendo "¡me toca a mí!" o más bien, "¡toca-mí!"!)
Y esto es todo por hoy. ¡Feliz semana!