Y también en casa de un vecino:
Antes de eso paramos por el encantador Kochelsee (¿Lago Kochel?) La bruma estaba todavía sobre el lago y la vista era espectacular (aunque me quedo con "nuestro" lago... hasta ahora para mí es insuperable), así que aprovechamos para sacarnos unas fotos de familia:
(aviso que es la primera vez y probablemente la última, que me saco a mí misma!!)
No hacía tanto frío como parece... es que mis hijos son unos noveleros y tenían ganas de estrenar las "bragas" y orejeras del Aldi.
Y después cogimos un teleférico y subimos a ver las vistas desde arriba:
No hay fotos de las vistas porque, entre nosotros, no hacen honor a la realidad. Las vistas desde arriba eran, en dos palabras, im-prezionantes. Definitivamente voy a tener que hacer un curso de fotografía de paisajes!
Comimos en una cabaña en lo alto de la montaña, hacía un día precioso así que nos quedamos en la terraza. Por supuesto, hubo momento Bretzel, aunque Olivia ya comparte:
Y finalmente nos dimos un paseíto -con siesta en la hierba incluída- para bajar la comida. Por supuesto, la siesta no la documenté!!
Fue una excursión deliciosa, en todos los sentidos ;-)