En vista de la deliciosa y "merecida" primavera que estamos disfrutando (inundaciones en media Baviera, temperaturas cuasi invernales, calefacción encendida hasta el mes de junio...) y de las dos semanas de vacaciones de
Pfingsten (Pentecostés. Por aquello de mitigar un poco el hecho de que los niños tengan colegio hasta el 31 de julio inclusive... Sin comentarios...) decidimos poner tierra de por medio una vez más y escaparnos -ahora sí, la familia al completo- al otro lado de los Alpes. Es decir, a Italia, en búsqueda de algún rayo de sol, a ver si de una vez por todas empezamos a coger color...
La idea era ver Venecia con los niños y aprovechar para hacer turismo por los alrededores. Ilusos de nosotros, elegimos a propósito unos apartamentos a pie de playa, pero nos salió mal la jugada y aunque íbamos perfectamente equipados para disfrutar del mar y la piscina, la ilusión sólo nos duró una tarde... El tiempo no tardó en estropearse también por esa parte y tuvimos que cambiar de planes para evitar los chaparrones. Pero sí, ver, vimos Venecia. Con sol y sin lluvia. Y mucho más, con ayuda de las nuevas tecnologías, claro. Nos hicimos más kilómetros de lo previsto, pero como siempre, mereció la pena. En otra entrada os lo enseñaré, hoy toca un paseo por la playa, con su flora, su fauna, sus nubes negras y su sobredosis de niños, ya que han escaseado en las últimas entradas ;)
(Olivia me gusta hasta cuando posa)
No son las playas de Cádiz, pero no están nada mal, ¿no?
Segundo día:
Padua y Treviso
Tercer día:
Bolonia
Cuarto día:
Venecia
"And last, but not least", que dirían los ingleses, sí, he cambiado el diseño del blog, yupiii!. Estaba harta del fondo de hojas y las fotos de la cabecera se habían quedado desfasadas. Lo mejor es que lo he hecho todo yo sola, con la ayuda de
Meisi y sus
cursos. Gracias a ella le he perdido el miedo al css y me he enganchado aún más a esto del diseño. Es más, ya estoy pensando en el próximo cambio de imagen del blog!