Y aunque lo celebramos en la intimidad (la otra celebración ya llegará, nos debemos al calendario escolar de Baviera, ¡¡estamos de vacaciones!!), y fue un cumpleaños atípico por diversos motivos, la preceptiva foto de la tarta, que todos los años es igual pero distinta, no podía faltar.
Felicidades Gonzalete, ¡¡contigo al fin del mundo!!