El caso es que la semana pasada optamos por Innsbruck (aunque ya habíamos estado, como conté aquí), porque teníamos ganas de ir a la casa del revés, y bueno, después de echarnos unas buenas risas y hacer el pino un rato, nos dedicamos a pasearnos por sus calles y sus mercadillos...
Esta vez subí a la Torre de la Ciudad (con acompañante y todo, ¡qué lujo!) y pude estrenar mi Lensbaby como es debido y hacer experimentos varios, además de ver la ciudad desde arriba, que era a lo que íbamos:
Terminamos comiendo unas Currywurst en uno de los mercadillos del centro...
Y disfrutando de la hora azul (aunque no tanto como me habría gustado: prisas, siempre prisas!!!)
Y con esto y un bizcocho... nos vemos la semana que viene en Salzburgo ;)
Mientras tanto, si alguien tiene ganas de saber cómo es la navidad alemana según yo, aquí tenéis el número 2 de la revista Kisikosas, editada por mi compi Rebeca, que además de un montón de artículos interesantes y aportaciones de algunas de mis compis de Litel Pipol, incluye un artículo escrito y fotografiado por mí sobre el tema en cuestión.
Me volvería loca con esos mercadillos navideños. Los adoro!!
ResponderConozco el tema de las prisas. Tendríamos que estar cerca y hacer una salida fotográfica tranquila,con su vino caliente incluído!! Besos
Jajaja, tú tienes que volver por aquí!! Es una orden!!! Besos
Así si parece Navidad, que belleza de imágenes
ResponderGracias María, un abrazo!
Que linda manera de estrenar el regalo de cumple! Preciosad fotos, como siempre!
ResponderMuchisimas felicidades, Ana! Espero que pases una muy feliz navidad!!!!
Beso enorme!
Gracias Euge, lo mismo te digo, felices fiestas y lo mejor para el 2014, un besazo!