
Los hijos se vieron por primera vez hace 5, cuando ni los míos -literalmente recién llegados a Munich- hablaban alemán, ni los austriaco-argentinos dominaban el español.

En cinco años se habrán visto unas 5 veces, pero ya hablan de montar grupos de música juntos y se lamentan de los 500 kms que les separan.




Acumulan anécdotas, les gusta la misma música y se comunican por Whatsapp.

Y es que el tiempo pasa volando, pero a veces es como si no hubiera pasado.

las caras de argentinos y españoles, no las pierde ninguno ;-)
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