Esta vez, como tantas otras, nos pasamos por Gijón, donde después de probar el helado de cabrales, comimos con Kiko e Isabel, que ya son casi como de la familia, y nos dimos un buen paseo con ellos:
Empezamos, como no, por la playa de San Lorenzo, que estaba preciosa con la marea baja por la mañana y alta por la tarde, después de comer.
Seguimos por Cimadevilla, el casco histórico y antiguo barrio de pescadores, repleto de bares y sidrerías.
El punto más alto de Cimadevilla es el Cerro de Santa Catalina, donde destaca el "Elogio del Horizonte", de Chillida, que se ha convertido en símbolo de la ciudad. Y sobre todo, las vistas quitan el hipo.
Bajando por el otro lado se llega al puerto deportivo y a la plaza del Marqués, donde nos encontramos otra de las esculturas emblemáticas de la ciudad: el monumento a Don Pelayo, el primer rey astur.
Y finalmente, volvimos a nuestro punto de partida, la playa de San Lorenzo.
La pena fue no tener más días para poder ver a todos los amigos, nos dejamos gente importante por ver, pero el verano está a la vuelta de la esquina y ahí nos desquitaremos como es debido!
Que fotos más bonitas!! Y Gijón promete!!
ResponderSí, recuérdame que te pase un par de sitios para ir a cenar!
Me alegro mucho que disfrutases de la comida y del paseo .......y para no olvidarlo quedan estas estupendas fotos de recuerdo!!
ResponderUn beso.
No sabes como me acordé de ti, Montse, pero el tiempo era muy limitado! Un besazo
Desde luego que el norte es precioso, que maravilla de fotos!!!
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Sí, el norte es especial, gracias Marta, un beso fuerte!
Hay alguna foto que me dan ganas de pintarla! Bravo!
Responder¡Qué bonito, Gijón! Yo soy gallega, pero gallegos y asturianos, primos hermanos.
ResponderMe encantan las primeras dos fotos de la playa de San Lorenzo, ¡preciosa ella y preciosas las imágenes! ¿Te puedo preguntar con qué cámara u objetivo las has hecho? ¿Las has retrabajado o ese color tan bonito es natural? ¡Gracias! :)
Me encanta la fotografía pero tengo caminito por recorrer todavía, jeje.
Otra cosa, acabo de leer tu post "Mis hijos cenan con agua mineral" y me he partido de la risa. Hay que ver qué curioso es esto de adaptarse a las costumbres de un país, ¿no? Lo que para unos es tan natural y para otros, tan raro. Yo vivo en Francia y también me pregunto qué francesadas harán mis hijos el día que los tenga. Ya te contaré ;)
¡Un abrazo!
Muchas gracias Iria! Ya me contarás las francesadas de tus hijos, que seguro que las tienen!!
Sobre las fotos, las hice con una Nikon d7000 (la versión actual sería la d7200, creo), y sí que he procesado las fotos después, aunque la luz del norte es tan bonita que a veces no hay que hacer demasiado!
Un abrazo!