Sí, ya sé que la Navidad terminó hace semanas... y la verdad es que pensé en dejar esta entrada para las próximas navidades, pero pensándolo bien, tampoco es tan, tan tarde para publicar fotos navideñas, ¿no? Al fin y al cabo seguimos en enero...! Así que no diré más, sólo que si Salzburgo normalmente es apetecible, imaginaos en Navidad. La única pega que le pongo es que, vayas cuando vayas, está hasta arriba de gente.

La última vez que estuve en Salzburgo (y van tres!) mi cámara estaba en el servicio técnico y que me quedé sin hacer fotos. Esta vez me desquité y además aproveché para practicar un poco con la Lensbaby. Vamos progresando!

Si Alemania en diciembre se pone bonito, Austria no se queda atrás. Los fines de semana de este mes es pecado quedarse en casa, hay tal cantidad de mercadillos de Navidad (o Weihnachtsmärkte), que es difícil decidir a donde ir. Si te gusta el plan, claro! A mí no me gustan los mercadillos, me encantan. Me declaro fan total de los mercadillos de Navidad alemanes, con su Glühwein (vino caliente espaciado, imprescindible para entrar en calor), su ambientillo y su todo. Así que mi familia sabe que no hay discusión: en diciembre todos los fines de semana están ocupados, ya habrá tiempo de quedarnos en casa en las largas noches de enero y febrero... (Algún año día, si soy capaz de ponerme al día con la ingente cantidad de fotos que tengo pendientes de editar, publicaré las fotos de algunos de mis mercadillos preferidos de Munich... Lightroom mediante.)

El caso es que la semana pasada optamos por Innsbruck (aunque ya habíamos estado, como conté aquí), porque teníamos ganas de ir a la casa del revés, y bueno, después de echarnos unas buenas risas y hacer el pino un rato, nos dedicamos a pasearnos por sus calles y sus mercadillos...

El sábado pasado nos dio a todos por pegar saltos por la casa...

Fernando se puso a hacer el tonto en la mesa...