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Busán: pescado, compras (y zombies) en Corea del Sur


Dos entradas en dos semanas, ¡¡que siga el ritmo!!

Como continuación a mi viaje por Japón, la visita a Busan (la segunda ciudad de Corea del Sur, al sur del país, valga la redundancia) merecía una entrada individual.

Igual a algún friki (como nosotros!) le suena de esta película.

Más que nada, para no eternizarnos con la entrada anterior.

Japón: un montón de fotos y 13 curiosidades

castillo de Osaka, Japón
El castillo de Osaka
Los me siguen por Instagram (y por supuesto algunos más), saben que a primeros de mayo pasé unos días en Japón con mis padres, que tuvieron a bien patrocinar el viaje y dejarme acompañarles (después de que yo prácticamente me autoinvitara). Son las ventajas de tener unos padres generosos y viajeros, un marido entusiasta, unos hijos cada vez más independientes y unos suegros que se apuntan a un bombardeo con tal de echar una mano. Lástima que mi Hermanísima no se pudo apuntar. Así que lo primero, G R A C I A S a todos! 

Una tarde en... Trieste

Trieste Hace mucho que no publico una entrada de viajes (vaaale, hace mucho que no publico, punto!) y la verdad es que tengo unas cuantas en el tintero, así que vamos con Trieste, bellísima ciudad italiana al norte del Adriático, con mucha historia y preciosos monumentos, que visitamos hace ya casi un año, a la vuelta de nuestro viaje por Istria.

Oda a Cádiz y al veraneo

MYEDD Porque aunque no hace ni tres semanas que volvimos de vacaciones, parece que hace una eternidad cuando disfrutábamos del dolce far niente en las playas de Cádiz (aunque lo de far niente sea un decir, porque con niños ya se sabe... )

Y es que en esta familia no se conciben las vacaciones de verano sin nuestras dos o tres semanas de playa, en las que la máxima preocupación es si alguien se habrá acordado de comprar hielos para el tinto de verano. Nos conformamos con poco. Lo que viene siendo el veraneo propiamente dicho, el de toda la vida, vaya, el de mi infancia, ese en el que te quitas el reloj el día que llegas y te lo vuelves a poner el que te marchas. Sin wifi, sin móvil, sin televisión... que televisión hay, pero ¿quien la necesita, con estas vistas y con esta compañía?

Seis semanas y unos ocho mil kilómetros después... (que se dice pronto)

Las sensaciones, al salir de viaje, para mí son siempre las mismas: nervios y estrés los días previos, (proporcionalmente al tiempo que vamos a estar fuera de casa y medible en número de vasos rotos o en gritos por minuto), excitación en el momento de salir y felicidad infinita a la llegada.

Istria: el interior

Istria es mucho más que sol y playa. Además de una gastronomía sencilla pero exquisita (la trufa blanca es una de sus especialidades, junto con el pescado fresco y muchas cosas más, de la tierra y del mar), en el interior de Istria hay tesoros escondidos que merece la pena explorar.

Empiezo por Umag, que aunque está en la costa se me olvidó mencionarlo en la entrada correspondiente, supongo que porque lo visitamos el día que hicimos la incursión al interior. 

Umag está arriba del todo, casi en la frontera con Eslovenia. Es un pueblo chiquito, más conocido por su torneo de tenis de la ATP que por otra cosa, donde se puede dar un paseo agradable a orillas del Adriático.

Croatia

La costa de Istria, segunda parte: el mejor día y el peor

Uno de los días que más disfrutamos del viaje por Istria (aquí la primera parte, y aquí la segunda) fue el que pasamos en el Parque Natural de Kamenjak, en la península de Premantura (al lado de Pula). Después de tres o cuatro días recorriendo pueblos, los pequeños salvajes reclamaban su dosis de relax playero, así que a mitad de semana hicimos un pequeño alto y fuimos a Premantura a descansar.

Premantura

Improvisando que es gerundio: el solsticio de verano y Mindelheim

Mindelheim

Tras un inesperado cambio de planes, este domingo nos encontramos con que, no sólo hacía buen día, sino que no teníamos nada que hacer... El sábado nos habíamos acostado bastante tarde. Fuimos celebrar el solsticio de verano a Ehrwald (Austria), que en realidad estaba previsto para la semana pasada.

Por suerte para nosotros, (el sábado pasado no habríamos podido ir), lo tuvieron que retrasar una semana por la lluvia. Según salíamos de casa, a eso de las 18h, empezó a llover. Por el camino, lo que al principio eran unas gotas, se convirtieron en un aguacero. Y mientras, nosotros nos preguntábamos si merecería la pena hacerse 100 kms para ver unas fogatas bajo la lluvia. Debíamos tener ganas de aventura, así que hicimos nuestra la frase de "ya puestos..." y seguimos adelante.

La costa de Istria I

Rovinj, Istria, Croatia

Seguimos con nuestro periplo por Istria, visitando esta vez, la costa occidental. Empezamos en Rovinj, el pueblo que aparece en todas las postales, el más turístico, el más fotogénico y a pesar de todo, el de más encanto, y que además está al lado de Pula, si recordáis, nuestro campamento base.

Si cometéis el error de presentados en Rovinj en lo que pensáis que es un día cualquiera, a primera hora de la mañana, precisamente en la semana de la "Red Bull Air Race" y encima resulta que ese día es festivo (¡¡anda que no somos oportunos!!), os pasará como a nosotros, después de recorrer los tres parkings públicos del pueblo nos tuvimos que ir porque ahí no había quien aparcara...

Istria, la perla del Adriático...

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Múnich es una ciudad maravillosa, no me canso de decirlo, peeero tiene dos problemas: uno, que sólo comen cerdo y Haribo, y dos, el dichoso tiempo. "Ya te lo dijimos", estaréis todos pensando, ¡¡¡lo sé!!!, pero no van por ahí los tiros. En invierno esto es más que llevadero, como ya dije aquí, aquí o aquí (y seguro que en más sitios, a riesgo de ser pesada, porque el tiempo es un tema recurrente en este blog).

Aunque llevemos cuatro inviernos aquí, que se dice pronto, la nieve sigue siendo exótica y nos gusta, porque además es fotogénica. Así que no, del frío no me quejo. Me quejo de la lluvia, que cae en cantidades y frecuencias insospechadas. Llega abril, hay un par de días buenos, te emocionas, haces una especie de cambio de armario (porque tú y yo sabemos que aquí el armario nunca se llega a cambiar del todo, en realidad sólo cambias los jerseys de lana por el chubasquero, pero te ilusionas y tal)... Y zas, llega Mayo y te recuerda que estás en Alemania y que aquí nunca hay que bajar la guardia. Puede estar lloviendo días y días. Sin parar. Creo que este mes de mayo hubo un sábado de sol, ¡uno! Y aquí el Jefe decidió aprovechar para cortar el pseudo césped del jardín. Que con tanta lluvia parecía la selva. Y nos quedamos en casa, un día más. (Menos mal que entre semana sí salió el sol).

Domingos lluviosos: el museo egipcio. Y una confesión.

Yo nunca he sido mucho de museos. Salvo museos emblemáticos como el Británico o el Louvre, prefiero perderme por las calles de cualquier ciudad, aunque haya estado mil veces antes. E incluso a esos museos fui arrastrada... Confieso que no visité la Alte Pinakothek y la Pinakothek der Moderne hasta el año pasado, arrastrada por mi amiga Mónica (que además me las explicó), que al Deutsches Museum sólo he ido una vez (pero aluciné) y que la Neue Pinakothek la tengo aún pendiente. Pero debo estar haciéndome mayor, o quizás he madurado, porque a la Moderna ya he vuelto y a la Alte volveré, con la cámara, más pronto que tarde, o eso espero. Porque además el distrito del arte en Múnich está en pleno barrio universitario, mi zona preferida de la ciudad.

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Escapadas en pareja: la bohemia checa I

Cuando tienes hijos, los viajes en pareja se reducen de manera inversamente proporcional al número de hijos que tengas. Y si vives en el extranjero, con el pariente más cercano a miles de kilómetros, ni te cuento. Así que, uno de los tantos alicientes de que los abuelos vengan de visita (aparte de esas maletas llenas de jamón y demás delicias patrias) es, para qué engañarnos, la posibilidad de hacer una escapada de amantes con el marido. Los abuelos se libran de nosotros unos días, los niños se dejan consentir, nosotros desconectamos y hacemos turismo, y todos contentos. Hace dos años estuvimos en el Lago de Garda y el pasado, en la Bohemia Checa. Pasamos un día en Praga, y los dos restantes en sendos pueblitos de la Chequia profunda, que, vaya usté a saber por qué, nunca he mostrado aquí. Ahora que lo pienso, quizás ha sido algo inconsciente y en realidad he esperado precisamente hasta hoy para lanzarle una indirecta al marido y que vaya preparando el fin de semana romántico de 2015.

Una, que se considera una mujer viajada y con poca capacidad de sorpresa a estas alturas, se quedó boquiabierta con este pueblecito de calles estrechas y rincones románticos, al que volvería sin dudarlo en cualquier momento (entre otras cosas porque está a 327 kms de mi casa). Situado en un meandro del río Moldova e inscrito en la lista de monumentos de la UNESCO desde 1992, alberga el segundo complejo palaciego más grande de la República Checa y uno de los teatros barrocos mejor conservados del mundo. Pero yo, como siempre, me quedo con los paseos sin rumbo por sus calles, de la mano del marido, como cuando éramos novios, sin niños protestones, ni horarios, ni prisas. Aunque confieso (esto que quede entre nosotros), que echarles les echamos de menos.

Con ustedes, Český Krumlov:

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El castillo, desde fuera y desde dentro

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Las vistas desde arriba. En dos palabras... 

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Sus calles y plazas

_DSC3890-MYEDD Y la cervecita junto al río, en cualquier momento y en cualquier terraza

Nuestras recomendaciones, para comer:

Krcma Marketa: es complicado de encontrar, pero merece la pena el esfuerzo. Hay que subir al castillo y en la parte de atrás de los jardines se encuentra este pintoresco restaurante, sin electricidad, donde la cocina se hace al fuego y se come a la luz de las velas. Es como teletransportarse a la edad media, y a precios populares checos, es decir, muy barato.

Le Jardin: es el restaurante de un hotel, con un ambiente muy agradable, comida exquisita y muy buen servicio. Un sitio fino, vaya, muy recomendable para ir en pareja.

Cuatro días en Berlín

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A Berlín le teníamos ganas desde hace tiempo. Más que nada porque mi cuñado lleva unos añitos ya viviendo allí, y por unas cosas o por otras (pero esta vez no por dejadez!) no habíamos podido poner fecha para hacerle una visita. La idea era ir sin niños, ya sabíamos que en Berlín hay mucho que ver (y hacer), pero al final no sólo fuimos con niños, sino también con amigos (buenos amigos, que ahora lo son aún más, porque la convivencia es lo que tiene, o acabas a palos o te une aún más) y sobre todo, con muchas ganas de achuchar al "cuñao" y ponernos al día convenientemente.

Munich - Cadiz (o como tener jet lag viajando de Alemania a España)

Si los niños terminan el colegio tal que un miércoles,
ese sábado cogéis un avión y os plantáis en Madrid
y un par de días después en alguna playa de Cádiz (en nuestro caso, concretamente, el Puerto de Santa María)...

Jump!

Un día en Praga

Los que me siguen en Instagram ya sabrán que allá por finales del mes de mayo (madre mía, qué lejos parece, y no hace tanto!) maridín y yo nos hicimos una escapada de amantes (que, como dice mi amiga Karla, suena mucho mejor que de novios) aprovechando que los abuelos estaban de visita. La verdad es que pensaba hablar de ese viaje en otro momento, porque el tiempo (tema recurrente en este blog), no nos fue muy propicio y como que no pegaba en pleno mes de julio publicar fotos con cielos nublados y paraguas (al menos en el hemisferio norte). Pero por otra parte aquí en Munich lleva una semana lloviendo ininterrumpidamente y yo me he planteado seriamente volver a encender la calefacción (si no lo he hecho aún es porque la esperanza es lo último que se pierde: a lo mejor mañana sale el sol!).

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El caso es que, frío o no, he pensado que mejor publico ya las fotos de Praga, que no quiero que me pase como con las de Venecia, que al final salieron casi un año después...

La idea era pasar el fin de semana en la Bohemia Checa, pero ya que estábamos, cómo no parar en Praga, aunque fuera solo una noche, para poder aprovechar para pegarnos un buen madrugón (esta vez me acompañaron) y disfrutar del puente de Carlos en exclusiva. Quienes hayan estado en Praga sabrán lo que puede ser caminar por este puente en hora punta... no tiene nada que ver. Si en cualquier sitio merece la pena madrugar, aquí, más (y eso que como estaba nublado no pudimos disfrutar del amanecer, eso ya habría sido para nota!):

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Luego empezó a llegar más gente: monjas, turistas madrugadores, e incluso un par de parejas de novios chinos que se presentaron vestidos de occidentales para hacerse fotos en el puente. Aunque ya era tarde: nosotros llegamos primero!!!

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Después de recargar pilas en un Starbucks (que era lo único abierto a esas horas), ya que estábamos subimos al castillo. A todo esto, todavía no debían ser ni las 8...

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Nos dimos una vuelta por el centro, comimos tranquilamente, nos subimos a la Torre del Reloj, nos mojamos bajo la lluvia... La verdad es que Praga no puedo hacer muchas recomendaciones, simplemente pasear por la ciudad ya es maravilloso, aunque llueva. La Torre del Reloj, el cementerio judío (esta vez no fuimos porque ya habíamos estado antes), la plaza de Wenceslao, el puente de Carlos (¡bien temprano!), sus callejuelas, el castillo... La he visto bajo el sol y bajo la lluvia, ahora solo me queda verla nevada.

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Como sólo estuvimos unas horas, no tuvimos tiempo de probar muchos restaurantes. Pero habíamos hecho los deberes y encontramos un par de sitios que se pueden recomendar. Comer en la República Checa es muy barato (al menos comparado con Alemania y con España), así que nos dimos el gustazo de buscar buenos restaurantes, un poco alejados del circuito turístico, eso sí, porque la comida checa no se caracteriza precisamente por ser exquisita y sofisticada... aunque se puede comer muy rico si se sabe buscar bien:

Restaurante Coda, Trziste 9 - 420 225 334 761 (al otro lado del Puente de Carlos): caro carísimo para lo que es Praga... pero no tanto comparado con Madrid o Munich. Nosotros tomamos el menú degustación, que no recuerdo cuanto nos costó, pero no nos pareció nada excesivo. Por desgracia el tiempo no nos permitió comer en la terraza, desde donde las vistas, dicen, son espectaculares.
Restaurante U Kroka, Vratislavova 12 - +420 775 905 022: lamentablemente llegamos demasiado tarde y la cocina estaba cerrada (ya nos habían avisado), pero las críticas eran muy buenas y las vistas prometían. Sólo lo pongo aquí por si alguien va y me quiere contar qué tal!

Si son las dos esto es Liechtenstein: de Munich al Lago Como

Pues sí, resulta que para ir de Munich al Lago Como, en Italia, hay que pasar por Suiza, Liechtenstein y Austria. Además de Alemania e Italia, claro! El viaje es maravilloso, aunque se hace un pelín pesado por los más de 100 kms de carretera nacional a través de los Alpes suizos. Carretera de montaña, con nieve (poca) incluso en junio, unas vistas espectaculares y unas curvas... como decirlo... indescriptibles...

Baviera es uno de los Bundesländer donde más tarde llegan las vacaciones de verano (31 de julio), así que, (digo yo que para compensar), en mitad de junio nos dan dos semanitas de vacaciones, a cuenta de Pentecostés, que saben a gloria, porque además en el resto del mundo aún no es temporada alta, con lo que ello implica en cuanto a niveles de gente, precios y atascos.

El primer año ni nos enteramos de que había vacaciones, así que no nos dio tiempo a planear nada en condiciones. El año pasado pasamos unos días en Italia, como conté aquí. Y este año nos hemos alemanizado del todo y nos hemos ido una semanita al Lago Como (esto de alemanizarnos del todo lo digo porque creo que no conozco a ningún alemán que se haya quedado en casa estos días).

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Un paseo por Gijón

Yo tengo algo con Asturias. Quizás es que mis abuelos maternos eran asturianos (aunque no puedo decir precisamente que lo haya "mamado", mi abuela no era nada "ejerciente" y yo realmente no he conocido Asturias hasta después de casada), que me van los sitios verdes o que soy más de montaña que de playa (menos en verano!)... Me vuelvo loca con un buen pote asturiano y con el queso de Gamoneu y no me importa que llueva (aunque de todas las veces que he ido, que ya son unas cuantas, sólo ha llovido dos días... y muchas noches). Igual por eso soy feliz en Alemania, quien sabe! El caso es que desde que nos trasladamos no habíamos tenido la oportunidad de volver unos días a la tierrina y este año aproveché las vacaciones de Semana Santa para volver con los niños, que aunque el paisaje bávaro es parecido, en el fondo no tiene nada que ver.

Esta vez, como tantas otras, nos pasamos por Gijón, donde después de probar el helado de cabrales, comimos con Kiko e Isabel, que ya son casi como de la familia, y nos dimos un buen paseo con ellos:
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Marzo, Abril y Venecia

La última vez que pasé por aquí acababan de terminar las vacaciones de invierno, llovía de vez en cuando y llevábamos botas y jersey. Ahora estamos a las puertas de las vacaciones de Semana Santa, por la ventana entra el sol, los árboles empiezan a florecer y yo hoy no me he puesto calcetines. El caso es que marzo pasó volando, y abril lleva el mismo camino... En realidad he estado ocupada: a finales de marzo, gracias a la recomendación de una amiga profesora, me invitaron al MIS (Munich International School) a impartir unos workshops de fotografía a varias clases. Era mi primera experiencia con niños (aparte de los míos!) y aunque nerviosa no iba (para lo que soy yo, ¿será que estoy madurando?) salí feliz, me resultó muy gratificante hablar de lo que más me gusta y ver tantas caras de interés entre niños de edades muy variopintas...

Además, la semana pasada retomé los cursos presenciales de iniciación a la fotografía que ya empecé a impartir a finales del año pasado. Creo que no lo había comentado aquí, pero en vista de la insistencia de varias de mis amigas, hace unos meses organicé un grupo para enseñarles a usar sus cámaras réflex (y muchas cosas más!) y... ¡resultó genial! Por lo menos desde mi punto de vista. En realidad tendrían que opinar ellas, claro, pero el feedback fue positivo y yo estoy muy contenta.

La ruta de los cuentos de hadas... fin del viaje

En la mañana del cuarto día los viajeros de nuestra historia amanecieron en la torre de Rapunzel. La noche anterior fueron convenientemente agasajados por sus hospitalarios anfitriones: champagne y dulces en la habitación, una cena de lujo... los más pequeños incluso disfrutaron de la película de Disney mientras sus padres descansaban se turnaban para no dejarles solos... Esto hizo que llegaran tarde a la cena, pero no importó, de nuevo el restaurante del castillo estuvo a la altura de las expectativas, y estos huéspedes disfrutaron de una cena digna de reyes...

Trendelburg

La ruta de los cuentos de hadas... y 3

Llegamos al ecuador del viaje. Lo habíamos dejado en la fortaleza de La Bella Durmiente, ¿recordáis?, donde nuestros amigos llegaron bien entrada la noche. Disfrutaron de una copiosa cena durante en el afamado restaurante del castillo, y se fueron a dormir para recargar pilas. Había sido un día muy largo y todavía les quedaba mucho viaje por delante...

Día-3