El otoño en Munich

El otoño es mi estación preferida. En realidad para mí todas tienen su encanto, (incluso el invierno, rara que es una) y de hecho me encantan los cambios de estación, pero el otoño (y más concretamente octubre), es la que más me gusta. Me encanta ver como los árboles van cambiando de color, pisar las hojas secas, comer castañas asadas, encender la chimenea (¡¡¡sí!!!), inaugurar la temporada de jerseys, chocolate caliente y bizcochos caseros, sacar los edredones (aunque tengo que decir que este año no los hemos llegado a quitar, el verano alemán no mola tanto y por las noche sigues haciendo frío!)... Y además aquí el otoño es si cabe más bonito, porque vivimos rodeados de bosques, así que mires donde mires hay colorines por todas partes.

El caso es que normalmente septiembre me pilla con el pie cambiado, pero para octubre suelo estar al 100%. Excepto este año. Las vacaciones se alargaron hasta mediados de septiembre, así que para mí el mes (y el año, yo voy con el calendario escolar) empezó el día 12 y... bueno, me adelantó como te adelantan aquí los Ferraris en la autopista, que ni los ves... Así que aterricé en Octubre un poco aturdida y me temo me va a terminar adelantando por la derecha (o sea, de malas maneras!!). A este paso me planto en navidades sin enterarme... así que antes de que llegue el invierno (que aquí empieza pasado mañana: el sábado anuncian nieve!!) os dejo con un trocito de mi precioso otoño alemán y con la promesa de volver la semana que viene (o la siguiente!) con más fotos otoñales... (aunque nieve el sábado. Todavía tengo otoño que enseñar!)



(esto es al final de nuestro jardín)

(y esto también)

(y esto es lo que se ve ahora mismo desde mi cocina).




Y un pequeño adelanto de la próxima entrada:


(esto se va convirtiendo en tradición otoñal!)

Feliz fin de semana!