Mostrando entradas con la etiqueta invierno. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta invierno. Mostrar todas las entradas

¡Despierta!

Ayer -el domingo- madrugué. Pero mucho, mucho (para ser yo y para ser domingo). Llevaba tiempo (básicamente desde que aterricé en Munich) queriendo acercarme al lago al amanecer para sacar fotos, pero siempre me vencía la pereza (o más bien el sueño).

Hasta que hace unas semanas, Alvaro Sanz (que a mí no me conoce de nada, pero yo sí a él, mataría por me encantaría poder asistir a uno de sus cursos!) convocó a media España y parte del extranjero a salir a fotografiar el amanecer. Yo no tuve claro hasta el último momento si salir o no... es verdad que estos días amanece relativamente tarde (sobre las 7h, mientras que en verano a las 5h ya es de día!) pero empieza a hacer un frío que pela y en la cama se está muy agustito... Como os podéis imaginar, en la cama no me quedé (si no no habría entrada). Aquí os dejo el resultado:


(esas manchitas son patos durmiendo).




Y la vista desde mi ventana al llegar a casa:


Experiencia genial salir al amanecer, si es cámara en mano, más. Llegué a casa llena de energía y ganas de hacer cosas. Repetiré, seguro!

PD. Amaneció un día maravilloso, con sol y cielo azul... unas horas después empezó a nevar, y nevar... y nevar...!! Y ahí seguimos, con más nieve que en Siberia y máximas de -7ºC para dentro de un par de días. Ay!

Primer fin de semana de adviento: de mercadillos y visitas sorpresa

Como muchos de vosotros sabéis, la semana pasada fue mi cumpleaños, y mis padres, compinchados con Gonzalo, decidieron darme la sorpresa de presentarse en Munich para celebrarlo conmigo. Mejor regalo, imposible, porque además mi padre y yo cumplimos los años el mismo día, así que han sido muy pocos los años que no lo hemos celebrado juntos (me salen 3 contando el año pasado). ¡¡¡¡Felicidades Papi!!!!

Gonzalo llevaba semanas avisándome de que este año mi regalo iba a ser muy especial pero el tío guardó el secreto hasta unos pocos días antes (lo justo como para darme tiempo a adecentar un poco todo esto, jajaja!) ;)

Después de la primavera...

(de la primavera de la anterior entrada, quiero decir)... llegó el invierno!! Y sí, justo una semana después de ver niños bañándose en el Chiemsee, amanecimos tal que así:



¿Y qué hicimos? Pues lo que habría hecho cualquiera en nuestro caso... nos pusimos los schneehose, que dicen por aquí (pantalones de nieve), guantes, gorros, bufandas... y nos fuimos a trinear un rato.






Esta vez incluso Olivia se animó ("¡no sin mi Papi!!")


No fuimos los únicos pero sí los primeros. Cuando nos cansamos aquello empezó a llenarse de gente. Pero para entonces la nieve ya no era virgen!!

Cerramos octubre con nieve, pero noviembre nos trajo días primaverales, otoñales y también alguno invernal. Eso sí, veraniego ninguno. Si algo he aprendido este año es que por estas latitudes más vale estar prevenido para todo: puede llover un día y al día siguiente hacer un sol radiante, y viceversa. Puede granizar en julio y hacer un sol de justicia en diciembre. Puedes bañarte en la piscina hoy y mañana irte a esquiar (bueeeno, vale, dentro de una semana). Incluso hay cambios de estación dentro de un mismo día: en determinados momentos del año más vale salir con abrigo, paraguas y crema solar, por lo que pueda pasar (o caer!) Dicen que lo peor de vivir en Alemania es el tiempo, pero yo lo que creo es que -al menos en esta zona- precisamente el tiempo si algo no es, es aburrido!

¡Que tengáis un buen fin de semana!

Otra de trineos

Empieza a ser habitual que, después de unas semana fría y gris, el sábado –y especialmente el domingo- amanezcan igual de fríos pero con un sol glorioso. Vaya desde aquí nuestro más sincero agradecimiento al hombre del tiempo, si no fuera así poco habría que contar…

El domingo pasado W nos había invitado a comer a su casa. W empezó siendo nuestro casero y ahora es nuestro amigo. Incluso nos tuteamos (no sé si sabéis que aquí en Alemania lo normal es empezar hablándose de usted hasta que uno de los dos dice “¿Qué te parece si nos tuteamos?” y si al otro le parece bien, se dan la mano y se presentan por el nombre de pila. Esta última parte de presentarse me hace mucha gracia, pero es real!)

El caso es que W vive en el campo y cerca de su casa hay una colina muy apañada para tirarse en trineo. Así que quedamos un rato antes de la comida y nos fuimos bien abrigaditos a respirar aire puro y hacer un poco de ejercicio. (Pero solo un poco, que sí, haría sol, pero de los -10º no subimos!)La loma en cuestión no era tan larga como la de Blomberg, pero sí más ancha y menos concurrida, con lo que el riesgo de arrollar o ser arrollado era bastante más bajo… cosa que nuestras gargantas agradecieron.


20120212_Trineando con Wolfgang1_web

(para que luego digáis que estoy delgada... esto es ejercicio y no el gimnasio!)

20120212_Trineando con Wolfgang_2

20120212_Trineando con Wolfgang_2_web


20120212_Trineando con Wolfgang_4_web

No somos lo que hacemos ni lo que pensamos. Tan sólo somos la huella que dejamos

¡Feliz fin de semana!

Sobreviviendo al invierno

Cuando las temperaturas máximas no superan los -9ºC... y las mínimas están por debajo de los -22ºC... ¡¡¡toca abrigarse!!! Obvio, ¿no? Y resignarse (para qué negarlo).  Y quedarse en casita al calor de la chimenea, o en su defecto, de una buena calefacción... No está el tiempo estos días como para dar muchos paseos. Hace tanto, tanto frío, que no descarto empezar a usar la terraza a modo de congelador. ¡En serio! Fernando está encantado con sus cervezas fresquitas en el garaje... y yo con más espacio en la nevera! Además, con estas temperaturas los virus también se congelan y por el momento (toco madera) estamos todos sanos. ¡Hay que saber ver la parte positiva!

Lo más apetecible en estos casos viene siendo un chocolate caliente al lado de la chimenea (encendida, claro). Pero llega un momento en que necesitas airearte, y por muchos "minus" que haga fuera, hay que salir a respirar ese aire gggélido que dicen que es tan sano...

Así que el domingo, a pesar de los -9ºC decidimos dar lo mejor de nosotros y, en vista del sol radiante que lucía, nos animamos a sacar la patita... ¡para luego poder contarlo! Ni cortos ni perezosos nos acercamos al lago con Olivia (aprovechando que los chicos, que son los que suelen protestar en estos casos, estaban durmiendo en casa de un amigo)... y nos lo encontramos con principio de congelación! (el lago, no Olivia).





Eso sí, los patos seguían allí perennes... ¿qué comerán? Ahora entiendo por qué los abrigos de plumas son los más caros!

Nosotros, muy aplicados, nos forramos hasta casi las cejas y conseguimos sobrevivir al asunto. Sólo nos faltó el pasamontañas (por lo menos a mí). La más lista fue Olivia, que no consintió en bajar de los brazos de papá. ¿Por qué sería?


Nuestro paseo duró 20 minutos escasos (trayecto en coche incluido). Espero que comprendáis la brevedad de este post... y que haya subido tan poquitas fotos...

¡Feliz semana!

De mi obsesión con la nieve y nuestras primeras clases de esquí

Este post va de nieve. Y es que, qué le vamos a hacer, estoy con el síndrome de la primera vez, así que cada vez que nieva me emociono tanto o más que los niños. Está todo taaaan bonito... Es verdad que la belleza de la nieve dura básicamente lo mismo que la nevada, es decir, en cuanto deja de nevar y pasan las máquinas quitanieves y se derrite la nieve de los árboles y las aceras están pisoteadas y los muñecos de nieve medio derretidos... deja de ser tan ideal... pero a mí me sigue gustando igualmente... y qué narices, es mi primer invierno aquí y ha nevado tan poquito que no me ha dado tiempo a aburrirme.

Total, que la semana pasada "me empapé" de nieve y mucho me temo que vosotros, después de leer este post, os vais a "jartar"!

El sábado los niños y yo tuvimos nuestra primera clase de esquí (no, Fernando no vino, alguien tenía que quedarse cuidando a Olivia... pero tranquilos, ya se lo cobrará, ya...) De ese día no hay fotos porque... me olvidé de la cámara! Pero sí me atreví a sacar el móvil un par de segundos antes de que se me congelara la mano:


Bonito, ¿verdad?

El domingo, aprovechando que hacía un día espectacular (de sol y nieve!) nos fuimos a Blomberg (al lado de Bad Tölz, que, por cierto, es un pueblo precioso, pero mejor os lo enseño otro día). Hay unas pistas increibles para lanzarse en trineo. Sólo diré que estamos buscando babysitter para poder ir sin niños... (¿algún voluntari@???) Esta vez tuvimos que quedarnos "abajo" porque la pista de verdad no era muy recomendable para ellos... 30 minutos de bajada en trineo, wow!!!!! Aún así lo pasamos de miedo (aunque la pobre Olivia no se animó... y no sería porque no lo intentamos!):


(quien encuentre a mis chicos en las fotos de la izquierda tiene premio!)

La semana transcurrió tranquila hasta que... ¡volvió a nevar! Y entonces todo se puso así de bonito:




Y al anochecer se veía más o menos esto desde la cocina (juro que estaba anocheciendo, cosas del Photoshop y el balance de blancos...):


Finalmente (en lo que respecta a la semana pasada) el sábado volvimos a tener clase de esquí. El tiempo estaba regular -no paró de nevar- y a los niños ni les vi, pero me había llevado la compacta y pude sacar alguna foto para el recuerdo:


Ese día, además, bajé mi primera "montaña" (aunque mi estilo es "manifiestamente mejorable", todo llegará!!!)

Lo dicho... feliz semana!!