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Improvisando que es gerundio: el solsticio de verano y Mindelheim

Mindelheim

Tras un inesperado cambio de planes, este domingo nos encontramos con que, no sólo hacía buen día, sino que no teníamos nada que hacer... El sábado nos habíamos acostado bastante tarde. Fuimos celebrar el solsticio de verano a Ehrwald (Austria), que en realidad estaba previsto para la semana pasada.

Por suerte para nosotros, (el sábado pasado no habríamos podido ir), lo tuvieron que retrasar una semana por la lluvia. Según salíamos de casa, a eso de las 18h, empezó a llover. Por el camino, lo que al principio eran unas gotas, se convirtieron en un aguacero. Y mientras, nosotros nos preguntábamos si merecería la pena hacerse 100 kms para ver unas fogatas bajo la lluvia. Debíamos tener ganas de aventura, así que hicimos nuestra la frase de "ya puestos..." y seguimos adelante.

Actividades educativas: buscando fósiles en Solnhofen

Resulta que a hora y media de Munich (aproximadamente), en Solnhofen (Eichstatt) está uno de los yacimientos paleontológicos más importantes del mundo en cuanto a concentración de fósiles. Se han encontrado muchísimos fósiles, muy bien conservados, algunos incluso de medusas y otros organismos que no suelen fosilizar, y también se descubrió un esqueleto completo de un Archaeopteryx (eslabón evolutivo entre los reptiles y aves).

El museo es interesantísimo, pero para los niños hay más: en el propio museo puedes alquilar pico y martillo e ir a la cantera (a unos 4 kms), a buscar fósiles tú mismo. Evidentemente, no encontramos ni amonitas ni ningún otro tipo de bicho, pero si nos llevamos a casa unos fósiles de plantas muy bonitos:

Buscando fósiles


Aquí sí hay playa

Dicen "los de Munich" que el lago de Starnberg es la playa de Munich. Y no andan desencaminados. Lo que no saben (o igual sí, no se lo he preguntado) es que cuando suben las temperaturas y esto se llena de "turistas", los de Starnberg salimos despendolados a otros lagos menos concurridos.

Este año el calor se ha hecho esperar, y hasta hace un par de fines de semana no pudimos ponernos a remojo como es debido, a pesar de que "sólo" estábamos a unos 26 o 27 grados (lejos de esos 40 y pico que hay en algunas zonas de España, je je). Como os podéis imaginar, los niños lo cogieron con tremendas ganas; el año pasado a estas alturas en la piscina ya casi nos conocían, pero este año, salvo una extraña semana en la que pudimos que ir un par de días a "la playa", ni el tiempo ha acompañado, ni tampoco las circunstancias (niño con muñeca escayolada y agua no son muy compatibles).

Así que en cuanto pudimos cogimos los bártulos y nos fuimos de picnic al Wörthsee, que es uno de los cinco lagos que hay por esta zona (en realidad son unos cuantos más, pero la llaman "Fünfseenland", o región de los cinco lagos).

Primer fin de semana de adviento: de mercadillos y visitas sorpresa

Como muchos de vosotros sabéis, la semana pasada fue mi cumpleaños, y mis padres, compinchados con Gonzalo, decidieron darme la sorpresa de presentarse en Munich para celebrarlo conmigo. Mejor regalo, imposible, porque además mi padre y yo cumplimos los años el mismo día, así que han sido muy pocos los años que no lo hemos celebrado juntos (me salen 3 contando el año pasado). ¡¡¡¡Felicidades Papi!!!!

Gonzalo llevaba semanas avisándome de que este año mi regalo iba a ser muy especial pero el tío guardó el secreto hasta unos pocos días antes (lo justo como para darme tiempo a adecentar un poco todo esto, jajaja!) ;)

Los palacios del rey loco

Hace unas semanas, en el que probablemente fue el fin de semana más primaveral del otoño (sí, primaveral, había gente bañándose al aire libre!) aprovechamos para darnos una vuelta por el lago más grande de la zona, el Chiemsee. (¡Será por lagos!)

Es tan grande que le llaman "el mar de Baviera" (80 m2 de lago, total nada!), y, como no podía ser de otra manera, en la Herreninsel o "Isla de los Caballeros" (la más grande de sus tres islas), Ludwig II, el famoso "rey loco", decidió hacerse un palacete (hay que ver lo que le debe Baviera a este hombre!). Al parecer se quedó prendado del Palacio de Versalles y quiso construir una réplica que superase a todos los palacios existentes hasta el momento (finales del s. XIX). El caso es que debido a la repentina muerte del rey (mira por donde, ahogado en extrañas circunstancias en el lago Starnberg a la altura de Berg, a unos 15 minutos en coche desde casa), el palacio nunca se llegó a terminar y nuestro querido amigo sólo pasó 10 días y 9 noches en él.



De excursión a Augsburgo

Una de las cosas que más me gustan de vivir donde vivo es lo cerca que está de tantos sitios interesantes. Creo que ya lo había dicho en algún otro post, pero este es sin duda uno de los muchos atractivos de Munich. Tenemos "a tiro de piedra" un montón de ciudades maravillosas a las que podemos ir y volver en el día, como Augsburgo, Nuremberg, Garmisch, Heidelberg, Salzburgo, Innsbruck, etc. Y para pasar el fin de semana también hay sitios para aburrir... (Praga, Venecia, Verona, Viena... todas a menos de 5 horas en coche), así que hay que aprovechar los días con sol para hacer excursiones, que cuando llegue el crudo invierno no nos quedará otra que asar castañas en la chimenea o aprender a esquiar (no, toadavía no sabemos esquiar, pero esperamos solucionarlo este invierno!)



El castillo de Blancanieves

Este fin de semana estuvimos en Neuschwanstein, alias, "el castillo de Blancanieves", de obligada visita. Cometí el error de decirselo a los niños, (lo de Blancanieves), así que mucha ilusión por ir no tenían... "mami, es que a nosotros no nos gustan las cosas cursis!".

A ellos no sé, pero a mí desde luego la visita me encantó, (sospecho que también a Olivia, que vio a hombros el castillo, y a Rodrigo, que dijo que el castillo era "un poco guay") y eso que nos recorrimos todas las carreteras nacionales tanto a la ida como a la vuelta, porque el GPS se hizo un lío...

Comimos (muy bien) típica comida bávara (Hirschbraten y Schnitzel, para los entendidos -obviamente los nombres me los han soplado-) disfrutando de las vistas: